De repente con la furia propia de un ser que reclama no ser olvidado, apareció con el estruendo de rayos y centellas arraso con todo, decían los vecinos que nunca habían visto tanto enojo del vetusto y querido rio. Se desbordo, porque ya no tenia cauce, sus riveras debilitadas y sin los sauces del pasado.
Era una reinvindicación y un recordatorio de lo que pasa si subestimamos las fuerza de nuestros rios. Y mas aun sabiendo que los colectores y quebradas están sin cobertura vegetal, que aminora la fuerza de la aguas.
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